Actualidad

  • Ignorar las escrituras es ignorar a Cristo

    16 octubre 2016

    Escrito semanal del Sr. Arzobispo, D. Braulio Rodríguez Plaza

    En el Programa pastoral 2016-2017 ocupan un lugar destacado las actividades que tiene como fin dar a conocer la Sagrada Escritura en la vida de los hijos de la Iglesia y en su iniciación cristiana: Jornadas de Pastoral; la aventura de adentrarnos en la Biblia en familia con la “lectio divina”; las charlas básicas para fieles laicos, sacerdotes y consagrados sobre la Escritura Santa en cursos concretos; proyectos para fomentar la lectura de la Palabra de Dios; curso de profundización en cinco sesiones interesantes; creación de grupos bíblicos, publicación del evangelio de san Mateo en árabe; concurso en torno a la Palabra de Dios en colegios, catequesis y familia. También pensamos en peregrinación diocesana a Tierra Santa, para leer “el quinto evangelio”. El mismo Arzobispo ha escrito una carta pastoral, “Conocer las Escrituras es verdadero alimento y verdadera bebida”, que no quiere ser sino un acicate más para romper la inercia que nos lleva a una verdadera ignorancia sobre la Biblia. Se impide así nuestro trato filial y la oración con Aquel que nos abre su corazón para llevar adelante la nueva alianza en Cristo, su Hijo Amado. Ya el Concilio Vaticano II insistía en sus documentos que, a través de la Escritura, Cristo se hace presente en su Iglesia y en el mundo: “Está presente en su Palabra, pues cuando se lee en la Iglesia la Sagrada Escritura, es Él quien habla” (Sobre la Liturgia, n. 7). Todos los otros medios que llevan al conocimiento de Dios palidecen ante este “unum necessarium”, esto es, lo que es indispensable y universal por lo que el Espíritu Santo continúa el coloquio, la conversación amorosa con su Esposa, la Iglesia, hasta el fin de los siglos. Es precepto del Señor cuando nos dice: “Escudriñad las Escrituras (…), pues ellas están dando testimonio de mí” (Jn 5,39). Así no tendrá que decirnos Jesús como a sus contemporáneos: “No entendéis las Escrituras ni el poder de Dios”. Pero hay más. Cristo, dice san Pablo, es el poder de Dios y la sabiduría de Dios; por esta razón, el que no conoce las Escrituras no conoce el poder de Dios ni su sabiduría, porque “ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo”. Esta frase de san Jerónimo, en su comentario al profeta Isaías, da que pensar y tal vez explica el bajo tono de vida cristiana en los católicos de hoy, o nuestro despiste y ambigüedad sobre lo que es más nuclear y esencial de nuestra fe. También puede explicar que nuestra relación con el Dios Trinidad sea a veces tan fría, tan distante. Cambiaría si cada día leyéramos un trozo de la Palabra de Dios. Brevemente: la “lectio divina” es una lectura, individual o comunitaria de un pasaje más o menos largo de la Escritura, el cual es acogido como Palabra de Dios, y por ello se realiza bajo la influencia del Espíritu Santo, cuya ayuda se pide. Tras la del texto, se vuelve a leer para ver qué me dicen a mí esas palabras, que se meditan y se contemplan como regalo de Dios, que sirve para rezar. El texto escogido lo leemos “en la Iglesia”, que decía el documento conciliar del inicio, porque esa lectura es la que se corresponde mejor con la intención de Dios al redactarlo el autor humano de la Biblia, sea el libro que sea. Para aquellos que la practican, esta “lectura divina” les afina la percepción, les enriquece el entendimiento, levanta el error y la culpa, expulsa la vanidad, ordena la vida, corrige los malos hábitos y despierta un deseo por Cristo y la Patria celestial. Esta es la opinión del monje benedictino Smaragdo. La carta anima, por supuesto, a romper esa especie de dura corteza que nos impide penetrar en la Escritura y gozar de sus consuelos. Lo cual vale para niños, adolescentes, jóvenes y adultos. ¿Por qué, pues, no formar parte del proyecto “Bebet-ab” de iniciación a la “lectio divina” en familia a la que anima el Programa pastoral de este año? ¿O participar de un grupo que en tu parroquia se cree que siga un plan de conocimiento elemental de la Biblia? O, si eres cofrade, ¿te animas a la práctica de la lectio divina preparada para miembros de Hermandades y Cofradías? Todo menos quedarte de brazos cruzados y sin hacer nada que merezca la pena, para salir de tu posible aburrimiento en tu vida cristiana. +Braulio Rodríguez Plaza, arzobispo de Toledo

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  • El Papa pide orar por los periodistas en el mes de octubre

    2 octubre 2016

    Para que los periodistas, en el ejercicio de su profesión, estén siempre motivados por el respeto a la verdad y un fuerte sentido ético.

    La intención universal del Papa Francisco para este mes es: “Para que los periodistas, en el ejercicio de su profesión, estén siempre motivados por el respeto a la verdad y un fuerte sentido ético”. “El periodismo no puede convertirse en una arma de destrucción de personas o pueblos o alimentar miedos ante los cambios o fenómenos como la inmigración forzada por la guerra o el hambre”. Son palabras fuertes del Papa al Consejo Nacional italiano de la Orden de los periodistas, el pasado 22 de Septiembre en Roma. Allí, el Santo Padre les dio tres consejos que tienen total vigencia para nosotros: 1.- El amor a la verdad debería ser la primera premisa de todo periodista en la que no sólo se la afirme sino también que se la viva. El Papa pide “llegar lo más cerca posible a la verdad de los hechos y no decir o escribir algo que, en conciencia, sabes que no es cierto”. 2.- Trabajar con profesionalidad, interiorizando el sentido del propio trabajo. “En el periodismo – les decía el Papa - no todo es negro y blanco, sino que también existen matices y que se debe ser capaz para de discernir entre los matices”. 3.- Respeto a la dignidad humana. Porque están en juego en muchas ocasiones, sentimientos y emociones de personas concretas. “Los periodistas – dice el Papa - pueden recordar cada día a todo el mundo que no hay conflicto que no pueda ser resuelto por las mujeres y hombres de buena voluntad”. Como en otras ocasiones el Papa subrayó como con la lengua también se puede matar a una persona. Es por ello que considera los “chimes” en distintos ámbitos de la vida como una especie de terrorismo donde se aniquila la dignidad del otro. “Este mes, cuando leamos un artículo en un periódico, escuchemos la radio, miremos las noticias en la televisión, o en las redes sociales, no olvidemos los periodistas que están detrás. Llevemos en nuestra oración estos hombres y mujeres, los cuales muchas veces luchan, hasta a veces arriesgar sus vidas, para que estemos informados”.

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  • Ya se conoce el tema de la Jornada Mundial de las comunicaciones sociales 2017

    16 septiembre 2016

    «No temas, porque yo estoy contigo» (Is 43,5). Comunicar esperanza y confianza en nuestro tiempo.

    La Santa Sede acaba de publicar el tema de la LI Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que se celebra en numerosos países, por recomendación de los obispos del mundo (Inter Mirífica, Art. 18; Instrucción Pastoral Comunión y Progreso Nos. 100 y 167).), el domingo anterior a la fiesta de Pentecostés. El Mensaje del Santo Padre para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales se publica tradicionalmente en la festividad de San Francisco de Sales, patrono de los periodistas (24 de enero). El tema elegido en la edición de 2017 es “No temas, porque yo estoy contigo» (Is 43,5). Comunicar esperanza y confianza en nuestro tiempo” y la Secretaría para la Comunicación explica en un breve documento el significado de esa elección: “Anestesiar la conciencia o dejarse llevar por la desesperación son dos posibles enfermedades a las que puede llevar el sistema de comunicación actual. Es posible que la conciencia se cauterice, como recuerda el Papa Francisco en la Laudato si’ debido al hecho de que a menudo los profesionales, los líderes de opinión y los medios de comunicación, desarrollando su actividad en zonas urbanas distantes de los lugares de la pobreza y de las necesidades, vivan una distancia física que, a menudo, desemboca en la ignorancia de la complejidad de los dramas de los hombres y de las mujeres. La desesperación es posible, en cambio, cuando la comunicación se enfatiza y se vuelve espectáculo, hasta convertirse a veces en una estrategia de construcción verdadera y propia de acechanzas y peligros inminentes. Pero en medio de este estruendo se oye un susurro: "No temas, porque yo estoy contigo". En su Hijo, Dios se ha hecho solidario con cada situación humana y ha revelado que no estamos solos, porque tenemos un Padre que no se olvida de sus hijos. El que vive unido a Cristo, descubre que incluso la oscuridad y la muerte se convierten, para todo el que lo quiera, en lugar de comunión con la Luz y la Vida. En cualquier acontecimiento intenta descubrir lo que sucede entre Dios y la humanidad, para reconocer como Dios mismo, a través del escenario dramático de este mundo, esté escribiendo la historia de la salvación. Nosotros, los cristianos tenemos una "buena noticia" que contar porque contemplamos confiados el horizonte del Reino. El Tema de la próxima Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales es una invitación a contar la historia del mundo y las historias de los hombres y de las mujeres, según la lógica de la "buena noticia" que nos recuerda que Dios nunca renuncia a ser Padre, en cualquier situación y con respecto a cada ser humano. Aprendamos a comunicar confianza y esperanza para la historia”.

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Redifusión para América y Asia

Redifusión de los programas de producción propia a partir de las 19:00h, (en horario de Miami) y de las 8:00 h. (en horario de Tokio) una de la madrugada en España.


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