Atesoran una forma de vida que pervive desde el corazón de la Edad Media, pequeñas comunidades de clausura que mantienen la llama y el testigo. La Biblioteca Regional acoge “De los muros al cielo: mujeres y clausura en Toledo”, un recorrido histórico que comienza con los ecos de los primeros conventos y beaterios y termina con la llegada de vocaciones de Asia, África o América. Un homenaje a todas esas mujeres que hicieron del convento un lugar de vida, de memoria y de ciudad

Cinco siglos después podemos ver su huella en el retablo mayor, la sala capitular, la capilla mozárabe o el claustro alto de la Catedral de Toledo, pero también en los documentos que custodia el Archivo Capitular. Nos encontramos allí con el profesor Carlos Vizuete para hablar del cardenal Cisneros a través de las cartas que remitió al cabildo del templo primado. Una muestra de su intensa actividad eclesiástica y política, pero también del hombre preocupado por el amor a la justicia y el bien común que fue.

Dice dedicarse al oficio más bonito del mundo. Se llama Fran Agudo, es de Puente del Arzobispo, heredó el oficio de alfarero de su padre y ha sabido mantener la raíz, pero adaptarse a los nuevos tiempos especializándose en vestir las mesas de la alta cocina. Hace poco más de un año, se unió a él en esta aventura Tamara Moreno. Con mucho humor muestran cómo en la cerámica cada día es un aprendizaje. Nos acercamos a conocerles.

El impulso de viajar siempre ha acompañado al hombre, esas ganas de explorar movido por la curiosidad… Ahora lo hacemos portando un móvil en la mano con el que dejar constancia de nuestro recorrido, pero reconozcamos que no es lo mismo ser turista que viajero… El escritor y periodista Fermín Bocos se ha propuesto seguir las huellas de los grandes viajeros a lo largo de la historia a través de su último libro, “Cuando viajar era descubrir”. Viajen con nosotros en “Otras Miradas” a través de las historias que habitan estas páginas y de las propias vivencias del autor, que también se reconoce como viajero deseoso de dejarse sorprender siempre por el destino elegido.